jueves, 29 de mayo de 2014

Literatura: fomento de una pasión compartida - Profa. Angélica Taboada





 Fomentar el amor por la literatura es una misión compartida entre la familia y la escuela,  aunque no existen fórmulas mágicas para lograr esta formación, sabemos que contagiar el gusto por la lectura es una acción progresiva que se logra con trabajo diario y con la utilización de diversas actividades que colaboren con esta mágica tarea.
     La familia es una clave fundamental de este proceso, pero la escuela tiene un papel muy importante que es la integración de las experiencias de los niños en el hogar, la comunidad y el aula, creando situaciones que los lleven a leer diferentes textos tomando en cuenta sus inquietudes y necesidades. Puerta y Gutiérrez (2004) afirman que “la creación de contextos para formar lectores implica promover una serie de actos de lectura que permitan a nuestros hijos o nuestros alumnos disfrutar como oyentes o como lectores de una amplia variedad de textos”.
Sin duda alguna el amor por la literatura no se enseña, el amor por la literatura se construye, se comparte y se respeta, es un trabajo conjunto donde participan varios entes, comenzando por el hogar; la familia debe conceder el primer acercamiento de los niños con los libros, seguido por la escuela donde se incentiva la lectura por medio de diferentes estrategias y con la utilización de una variedad de recursos atractivos y motivantes.
     Sabemos que la literatura es un arte que proporciona conocimientos, placer y gratificación, además le permite a los niños compartir sentimientos, ser más imaginativos y creativos,  es por ello que cada lectura es una nueva aventura para ellos, así sea del mismo texto en repetidas ocasiones. La capacidad estética del texto literario se manifiesta en la interpretación que se realiza del mismo y mientras más se lea más satisfactoria será la experiencia con el pasar del tiempo.
     Necesitamos motivar a los niños a que sean lectores, a que vivan la literatura como una experiencia de vida satisfactoria, de esta forma se convertirán en personas críticas, reflexivas y analíticas. Esto los ayudará a su desarrollo personal, social, cultural, académico, profesional, en fin, a convertirse en un ser completo que aprenderá lo mejor de muchos mundos.   
Es importante entonces que, tanto la familia como los maestros, le den el valor necesario a la literatura, que crean en ella, la vivan y la compartan con sus hijos y estudiantes. Llenemos nuestros hogares y aulas de letras, de esa tinta que nos hará ir más allá de lo imaginable.


REFERENCIA: Puerta, M. Gutiérrez, M y Ball, M (2004) Una literatura para la infancia. Revista Brújula. Año 2 N°29. Caracas. Venezuela.

Profa. Angélica Taboada
Profesora en Educación Especial - Dificultades de Aprendizaje
Magister en Lectura y Escritura
Profesora Universitaria

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