Hoy en día, se hace necesario desescolarizar la lectura y la escritura, entendiendo esta desescolarización como un proceso en el cual se generen ambientes no escolares en el interior del mismo sistema que permitan romper la lógica de la alfabetización que se ha mantenido hasta ahora y que ha formado en el sujeto la idea de
que estas actividades sólo le sirven para su ingreso,
desarrollo, aceptación y permanencia en el contexto escolar
alejándolas irremediablemente de su vida, restándole significado
a los actos de leer y escribir como algo que puede trascender a
la persona.
Lo lúdico, la creación, la imaginación y el goce estético están relegados a otros ambientes, otros espacios no escolares por lo que se hace inminente y necesario abrir las puertas del aula
¿Por qué desescolarizar?
Las actividades diarias y repetitivas que se llevan a cabo en el
ámbito educativo originan un abismo entre los niños y la lengua
escrita separándola de su realidad circundante, lo que muestra
una contexto en el que pareciera que leer y escribir son sólo un
requisito para llevar a cabo las tareas académicas. El
permanente uso de textos que intercambian frases tales como: “mi
mamá me mima”, “papá fuma pipa” “el letrero tiene letras
atractivas”, etc.; descontextualizan inexorablemente el hecho
lector de la cotidianidad ubicándolo en la acera del frente. De
allí que los niños perciban que leer y escribir son actividades
de la escuela y para la escuela. Años de experiencia con los
métodos tradicionales han demostrado que niños y niñas
ciertamente terminan leyendo y escribiendo, pero se alejan cada
vez más del verdadero significado de la lectura y la escritura
en sociedades alfabetizadas y/o letradas (Cassany, 2009). Se
hace entonces urgente y necesario que la escuela deje de seguir
repitiendo en las aulas de clase escenarios en los que los niños
de los últimos grupos del preescolar o de 1er grado se sienten
invadidos por una terrible angustia ante el monstruo del
pizarrón que les marea con un sin fin de letras sin significados
que deben copiar en su cuaderno.
Lo lúdico, la creación, la imaginación y el goce estético están relegados a otros ambientes, otros espacios no escolares por lo que se hace inminente y necesario abrir las puertas del aula
para dar entrada a la fantasía que permita a los niños un
acercamiento afectivo hacia la lengua escrita. Rodari indica que
los niños son capaces de inventar y reinventar el mundo a través
de la imaginación, considera que la magia y el conocimiento son
dos componentes en interacción. He allí la importancia de
promover espacios dentro del aula que fomenten experiencias de
socialización donde los niños mantengan intercambio permanente
con diversidad de materiales impresos. Lerner (1994) señala que
el reto es formar niños y niñas competentes en el uso de la
lengua escrita, ávidos de adentrarse y apreciar la literatura,
que se conviertan en productores de textos y manejen diferentes
escritos sociales que les permitan desempeñarse a cabalidad
dentro de las exigencias de la sociedad (pp. 33-34).
¿Cómo desescolarizar?
1- Restaurando la educación empática. A la escuela con
emoción.
La relación docente alumno ha estado enmarcada por el rol directivo del maestro, en el que cultiva su poder para controlar la disciplina, es una relación frecuentemente asimétrica, unilateral en la que los niños experimentan la escisión juego– trabajo, mente–cuerpo, placer–aprender (Mata, 2009). Es imprescindible acortar distancias en la dinámica del aula dando paso al intercambio permanente docente-niño, niño-niño, donde se consideren las particularidades y se fomente un ambiente armónico, restaurando el sentido comunicativo. La tarea es crear espacios de comunicación y de expresión reales. Enseñar es un arte (...) porque presupone creación. Enseñar sin espíritu creador conduce inexorablemente al fracaso. (Magni, s/f)
¿Cómo desescolarizar?
1- Restaurando la educación empática. A la escuela con
emoción.
La relación docente alumno ha estado enmarcada por el rol directivo del maestro, en el que cultiva su poder para controlar la disciplina, es una relación frecuentemente asimétrica, unilateral en la que los niños experimentan la escisión juego– trabajo, mente–cuerpo, placer–aprender (Mata, 2009). Es imprescindible acortar distancias en la dinámica del aula dando paso al intercambio permanente docente-niño, niño-niño, donde se consideren las particularidades y se fomente un ambiente armónico, restaurando el sentido comunicativo. La tarea es crear espacios de comunicación y de expresión reales. Enseñar es un arte (...) porque presupone creación. Enseñar sin espíritu creador conduce inexorablemente al fracaso. (Magni, s/f)
2- Restaurando el goce estético de leer y escribir. Del
deber al querer.
Ferreiro y Teberosky (1991) han señalado que el inicio de la alfabetización no puede ser diferente al proceso de aprender a hablar. Cuando el niño llega a la escuela posee un notable conocimiento de su lengua materna, lo que le permite desarrollar sus competencias lingüísticas en actos comunicativos. Alfabetizar debería ser entonces un proceso “natural”, entendiéndolo como algo inherente al desarrollo del niño dentro de su cultura, su sociedad, en el intercambio e interacción permanente con la lengua escrita.
"En la escuela son cada vez menos los espacios para crear, expresarse, para el goce estético. El lenguaje, es reducido a gramática y desprovisto de toda la magia que encierra el encuentro con la palabra en la poesía y la narrativa, es escindido de su función esencial de comunicar sentimientos, pasiones, estados interiores y convertido en ejercicio mecánico y repetitivo, en caligrafías, copias o dictados" (Mata, 2009)
Leer y escribir deben dejar de ser actividades que se realizan por obligación para convertirse en algo placentero, los niños deben sumergirse en las aguas profundas de la lengua escrita a plenitud por lo que el docente tiene el compromiso de crear espacios dentro del aula dotados con diversos tipos de textos, promover actividades de producción escrita y convertirse en un ávido lector que invite a sus alumnos a seguirle erradicando el abismo que existe entre aprendizaje y disfrute personal.
Cassany, D. (2009). Para ser letrados: Voces y miradas sobre la lectura. Barcelona. Paidos
Ferreiro, E. y Teberosky, A. (1991). Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. Mexico. Siglo XXI
Magni (s/f) Rol docente en el tercer milenio. [Documento en línea] Disponible:http://www.educar.org/articulos/roldocente.asp (Consultado 17-03-10)
Mata, M (2009, enero) Eros, postmodernidad y educación. Ponencia presentada en las III Jornadas de filosofía de la educación. Caracas
Lerner, D. (1994). Capacitación en servicio y cambio en la propuesta didáctica vigente. Lectura y Vida, 3(15), 33-54
Ferreiro y Teberosky (1991) han señalado que el inicio de la alfabetización no puede ser diferente al proceso de aprender a hablar. Cuando el niño llega a la escuela posee un notable conocimiento de su lengua materna, lo que le permite desarrollar sus competencias lingüísticas en actos comunicativos. Alfabetizar debería ser entonces un proceso “natural”, entendiéndolo como algo inherente al desarrollo del niño dentro de su cultura, su sociedad, en el intercambio e interacción permanente con la lengua escrita.
"En la escuela son cada vez menos los espacios para crear, expresarse, para el goce estético. El lenguaje, es reducido a gramática y desprovisto de toda la magia que encierra el encuentro con la palabra en la poesía y la narrativa, es escindido de su función esencial de comunicar sentimientos, pasiones, estados interiores y convertido en ejercicio mecánico y repetitivo, en caligrafías, copias o dictados" (Mata, 2009)
Leer y escribir deben dejar de ser actividades que se realizan por obligación para convertirse en algo placentero, los niños deben sumergirse en las aguas profundas de la lengua escrita a plenitud por lo que el docente tiene el compromiso de crear espacios dentro del aula dotados con diversos tipos de textos, promover actividades de producción escrita y convertirse en un ávido lector que invite a sus alumnos a seguirle erradicando el abismo que existe entre aprendizaje y disfrute personal.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Cassany, D. (2009). Para ser letrados: Voces y miradas sobre la lectura. Barcelona. Paidos
Ferreiro, E. y Teberosky, A. (1991). Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño. Mexico. Siglo XXI
Magni (s/f) Rol docente en el tercer milenio. [Documento en línea] Disponible:http://www.educar.org/articulos/roldocente.asp (Consultado 17-03-10)
Mata, M (2009, enero) Eros, postmodernidad y educación. Ponencia presentada en las III Jornadas de filosofía de la educación. Caracas
Lerner, D. (1994). Capacitación en servicio y cambio en la propuesta didáctica vigente. Lectura y Vida, 3(15), 33-54
Dra. Lidmi
Fuguet
Profesora
en Educación Especial – Dificultades de Aprendizaje
Magister en
Lectura y Escritura
Doctora en
Educación
Creadora y coordinadora de @PeqEstrellitas
Cofundadora de @CAVIEint
Asesora pedagógica de @LittleStarsLC
Lic. Naileth López
Licenciada en Educación Especial - Dificultades de Aprendizaje
Especialización en Lectura y Escritura
Promotora de la Lectura y Literatura Infantil
Creadora y psicopedagoga de @GrupoProxemia
Creadora y coordinadora de @PeqEstrellitas
Cofundadora de @CAVIEint
Asesora pedagógica de @LittleStarsLC
Lic. Naileth López
Licenciada en Educación Especial - Dificultades de Aprendizaje
Especialización en Lectura y Escritura
Promotora de la Lectura y Literatura Infantil
Creadora y psicopedagoga de @GrupoProxemia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario