EL ARTE DE JUGAR Y CONVIVIR
PARA LA PAZ…
OJOS QUE VEAN O NO... SON
CORAZONES QUE SIENTEN…
Siempre escuchamos y decimos
que se han perdido los valores, que el mundo ya no es igual y que cada quien
piensa en sí mismo… Y qué tal si en lugar de decir y señalar, nos
preguntáramos: ¿será que nos hemos vuelto cómplices?, ¿que hemos dejado a los
valores en manos de otros?, y más preocupante aún… ¿Vemos la paja en el ojo
ajeno y no la viga en el nuestro?
Resulta que sea cual sea la
forma como decidamos vivir y sin importar la profesión en la que hagamos vida,
EDUCAMOS, educamos a nuestros alumnos, hijos, sobrinos, vecinos, y hasta al que
no lo es, con el que compartimos el ascensor, el transporte público y la cola
en el supermercado, (aunque no hablemos). Sucede además, que debilitando
cualquier esfuerzo que hagamos, todas estas personas están siendo educadas,
reforzadas y hasta confundidas por quienes comparten este mundo que hace rato
extraña los valores, que ya no es el mismo, y donde cada vez son más los que
vive desde el yo.
Aquí es donde no puedo dejar
de pensar en esa gran responsabilidad que con absoluta conciencia y formalidad
asumimos los docentes: EDUCAR, en este mundo, con estas carencias y con
aquellos que aún y estando, no contamos. Y a sabiendas de todo esto, decidimos
y con entera pasión nos dedicamos cada día a educar, educar para la vida, para
convivir, valorar, para ser parte del mundo que merecemos, para enseñar que no
es solo nuestro y que tampoco tendría sentido que así fuera. Para convencer a
nuestros niños que para HACER en el futuro, primero hay que SER presente. Que
lo que aprendan no sirve de nada, si no lo usan para el bien común, y que el
plan no es: "Ser ALGUIEN el día de mañana", que el momento es hoy...
No podemos dejar de
mencionar que, sin duda alguna, parte de la misión docente es enseñar lengua,
matemática, ciencias e historia… Sin embargo son áreas, que con el debido
respeto a los expertos en dichas materias, no sirven de mucho (para no decir
que de nada) si no aprendemos lo esencial… CONVIVIR… VIVIR CON (el otro)… ese
otro que también somos nosotros mismos… Ese que merece se le respete su
singularidad y que nutre la pluralidad.
Convivir implica paz,
empatía y respeto, sobre todo respeto… ahora la pregunta sería, ¿cómo
aprendemos a respetar? Pues viendo al otro respetar y respetando… entonces
aparece una nueva pregunta ¿dónde aprendemos a respetar y vemos al otro
respetando?, ¿Qué tal jugando? el juego siempre será ganancia y su consigna es
valorar al otro más allá de los resultados, y no solo eso también se comparte,
se aprende a esperar, se piensa, se siente, y además se ríe… decía Madre Teresa
de Calcuta que la paz comienza con una sonrisa… Sin duda sabía lo que decía,
quienes compartimos a diario con niños sabemos que es así.
Juagar de manera colectiva
representa una de las prácticas más tradicionales y algunas veces olvidadas en
nuestra sociedad. Al igual que en la mayoría de los sistemas lo urgente se come
a lo importante, lo individual se come a lo colectivo, esto, en términos de
juegos sería: los videojuegos se comen a los juegos de mesa… La tecnología mal
enfocada se come la posibilidad de compartir, y con esto se anula una
oportunidad genuina de aprender a convivir.
La invitación es a rescatar
las tradiciones, los juegos, lo integrador, lo que motiva a convivir, a ver e
imitar, a sentir la necesidad de ser respetado y respetar, a disfrutar y
compartir la felicidad del otro. En los juegos hay mucho más que instrucciones,
hay valores, la posibilidad de demostrar que podemos tener el mundo que
merecemos y queremos, que el trabajo comienza por uno con el otro y que vivir
con el otro es la clave de la paz.
Prof. Salomé Cabrera Nuñez
Maestra, Coordinadora de
Juegos por la Paz
Twitter @Juegosporlapaz
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